Habla mi boca

JUNIO 2008

Debiera estar tan contento como casi nunca. Sintiendo esa alegría mansa del logro desatado tras esfuerzo ciego.
La boca, muchas veces cosida y sellada con hilos de insensata compasión y ninguna autocontemplación, ha hablado. Debiera subirme a este impulso explosivo y asir su beneficio de por vida. Decir lo que se quiere decir suele ser poco sencillo.
Se ha desatado una realidad nueva y libre. Un universo abierto de infinitos caminos.
Al golpe de luz del nuevo presente incandescente hay que resistir y prontamente comenzar a moverse.
El estancamiento acecha.



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