Cliché I
SEPTIEMBRE 2010
[leer también: Cliché II]
El tiempo siempre falta aunque de memoria se sabe que, como todas las percepciones, el tiempo depende de uno. Y llega otra noche en la que me quedé sin minutos para mí, vacíos mis bolsillos de su moneda. De repente cae luz en la noche. El recuerdo de otra percepción se vuelve luz linterna y calma mi desilusión. El amor de dar. Me escucho y me recuerdo. Canto desde un parlante y desde los frames del recuerdo. Era la alegría y, sigo siendo yo, por lo que aún soy la alegría. Esa alegría como una cosquilla que subyace y reaparece con el sol.
[leer también: Cliché II]
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