Ser / Estar

JUNIO 2011

"Gracias a quien me enseñó a dar sentido a la distancia"



Nunca la lejanía del tiempo tiene directa relación a la cercanía del sentimiento. Si pasado el tiempo no lo/la querés tanto, será porque nunca lo/la quisiste lo suficiente. El amor sigue siendo amor en los confines de la distancia.

Aprendemos a querer a las personas y a sentirnos mal cuando se alejan (en tiempo o espacio). Los seres (en cambio de las personas) no se alejan. Dejamos de verlos, de frecuentarlos, perdemos cotidianeidad. No obstante, el amor por el ser que aprendimos a amar sigue intacto.

Tal vez se sufriría menos las pérdidas cuando tenemos la conciencia de que se guarda innegociablemente el amor por el ser que ya no está. Que no está pero que es.

Los consuelos nunca son tontos. Son los atajos soleados que nos permitimos en el casi siempre dificil camino de eludir la tristeza.

Quisiera en letras reflejar la risa de mi mamá, describir el contacto con la piel de mi papá; dibujar sus miradas, perfilar las voces, pues sé que eso que guardo irá con los años perdiendo nitidez, irá desvaneciéndose su tinta como un papel en los bolsillos, hasta que un murmullo imaginario venga a reemplazar los colores y los matices, y luego languidezcan y desnuden lo que en definitiva quedará eternamente en mí: El amor por su ser.



....

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Gracias a ti!!! ♥♥♥♥

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