Exactitud sagrada

Nada llega tarde ni nada se adelanta. Cada suceso de cada vida desde el inicio de la vida ha tenido quizás un timing perfecto. Este instante preciso en que estamos incluye todas las realidades simultáneas y ellas son el producto de miles de millones de sucesos ocurridos de manera precisa para que este presente sea el que es. Para este instante, nunca nadie jamás estuvo equivocado, pese a que uno o muchos lo percibirán así. También es cierto que nadie jamás acertó. Así nuestra voluntad y la voluntad de la vida confluyen para lograr una sutilmente dirigida orquestación; un balance perfecto e insondable; este ahora.

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