Cliché II

SEPTIEMBRE 2010

Si bien me harta el deber de acudir, mi espina dorsal es la de la alegría. Debe tenerse consciencia de lo que uno es: de lo aprendido, lo heredado, lo ganado, lo natural, lo desarrollado. Pocos son dueños de su tiempo como yo lo soy. El deber de acudir, que a mi me harta, a otros obliga a la adaptación. O a la resignación que lentamente gesta fuerzas volcánicas.

[leer también: Cliché I]


Comentarios

Entradas populares de este blog

Los cuentos en La Tundra

Ciencia incierta (o la mitad del universo)

Exilio de casa (parte 6)