#40DiasFueraDeLaRed - DIA 1

#40DiasFueraDeLaRed fue una ocurrencia con la que me desafié. Por un lado me pareció simple: Los motivos lo avalaban. Dar un paso al costado del flujo incesante de información a la que me he acostumbrado. Siempre me pregunto si hay distintas formas de ver las cosas más aceptadas, y retirarme a un satélite por un tiempo me pareció ideal.

Por otro lado lo temí súper complejo. El hábito arraigado se afianzaba cuanto más me acercaba al comienzo de mi empresa, cómo un árbol de raíces imposibles de soltar. Pero al final, por más que la invasión subterránea fuera extensa y férrea, qué mejor desafío que empezar a excavar mis propias raíces.

Día 1: Piloto automático.

Frenar de repente un tren, de 100 a cero, puede hacerlo descarrilar. Tal vez eso ocurrió. Lo fácil del primer día tuvo que ver con el contexto: Fue mi cumpleaños, un día que normalmente estoy más lejos de las redes; además, viajé a Montevideo y tuve infinitamente menos conectividad. Sin embargo el programa automatizado apareció cada vez que pudo, y me sorprendí varias veces con el dedo disparando la aplicación de Instagram. Primero salí disparado cómo quien incurre en el error fatal, luego me reí de mí mismo en esa actitud in fraganti de auto engaño.
Lo cierto es que me sentí raro: sacaba fotos y no las publicaba aunque la mirada que les daba encuadre pensara en cada detalle de una imaginada publicación. Descubrí antes de dormirme que cada parte de lo que hacemos en forma cotidiana esta teñido de vicios que, sin intención de juzgarlos, llevan a una forma repetida de reacción. No a una original cada vez. Poder verlas quizá es el principio de un camino hacia algo que aún no se exactamente qué es. A eso tal vez voy.


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