24 hs out

Bajo los cuatro pisos dando saltitos entre escalón y escalón, con la alegría y la velocidad de quien concluyó una jornada de labores y se entrega a lo nuevo que le sugiera la vida. Palpo automaticamente mis bolsillos. Una palmada que se desilusiona de caer en un bolsillo de tela y pierna se repite piso a piso. Descubro que busco inconscientemente hacer contacto con mi teléfono, y no está ahí. Lo dejé hace horas en el service. 



Desde que supe que debía cederlo a algún técnico por algún tiempo, di vueltas casi un mes. Sin pensarlo más, entré al fin y me desasí de su compañía; al punto de dejar en el teléfono (lo recordé con posterioridad) todas mis cuentas abiertas... incluso las bancarias. Al salir del local caminaba en un piso tenue, mientras repasaba cada espacio que quedaba confuso o irresuelto sin el arma de alcances masivos del móvil:
-ALARMA ¿Como me despertaría mañana?
-RELOJ ¿Qué hora es?
-TELEFONO ¿Cómo llamo o las llamadas de quién me estoy perdiendo?
-REDES ¿Cómo me relaciono con mi mundo alrededor y promociono mis actividades?
-EXPLORADOR ¡Mis cuentas bancarias!
-APPS DE DISEÑO ¡Mi ocio creativo!
-YOUTUBE ¿Dónde escucho ahora videos de los que aprender? ¡Ah, la pc!
-CÁMARA
-MERCADOPAGO
-CLIMA
-GRABADOR
-AFINADOR

 En fin, todo a mi alrededor está claramente alcanzado por la tecnología movil. Quizás todo está ¿falsamente? sostenido en dichos recursos. No es caprichoso, todo tiende a volverse celudependiente. Recién, por ejemplo, intenté ingresar a mercadolibre desde la PC obviamente. Puse mi nombre y mi contraseña y, aunque estuvieron correctamente colocadas, el sistema me pidió que corroborara mi identidad. Sin meterme en lo INACABABLE que sería la aventura de viajar por lo que me identifica, las tres opciones para hacerlo eran propuestas que apuntaban a un sólo lugar: 1) via app, 2) via SMS, 3) via llamada telefónica... ese lugar es el teléfono. Pero claro, no lo tengo. Ahhh, pero ahí abajo hay una opción mínima, ínfima, imperceptible que me lleva a CORROBORAR DE OTRA MANERA. Cliqueo.

Me pide algo aparentemente simple: Enviar dos fotografías, frente y dorso del DNI. Claro, pero para sacar fotos, mi lejana primera opción es ooootra vez el celular, ya que de qué manera podría tan facilmente sacar las fotos y enviármelas por mail a la pc. Sin dudas estas apenas más de 24 horas sin teléfono (interminables ellas) me confunden, me marean y también me hacen reconocerme en relación a las tecnologías y en relación a mis dependencias. En un fugaz instante de lucidez entre tanta neblina, celebro la auto exploración. Continuará.

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