#40DiasFueraDeLasRedes - DIA 6

Todo se volvió palabras. Río de ideas, flujo incesante del pensamiento. Todo ese movimiento, ese sacudón, se volvió materia prima de la mente fabricante de identidad. ¿Así la mente-fábrica es que se reinventa a si misma? Entiende (junto a cada otra parte de mi ser) el cambio pero, dado que ella tiene el poder, elabora un plan de contingencia en pos de sostenerse. La mente desmantela el programa fabricado en sus partes constitutivas: las palabras, las ideas, las emociones que articulan los pensamientos. La esparce por el piso de tal manera que al ser no le quede más opción que toparse con alguna. Y la mínima tentación de levantar una de ellas servirá de desencadenante para la nueva fusión. Se recrea inmediatamente un cosmos entero a partir de un nuevo interés pero con las mismas emociones, palabras, pensamientos. Así la mente fábrica de identidad sobrevive, se reinventa y se blinda contra lo nuevo. Así, el ser recién librado a su desnudez vuelve a formar su saco con las mismas fibras, y lo hace por una razón que cada fibra de ese disfraz trae implícita: ese traje, esa identidad nueva debe construirse desde el propio pasado. De eso que creemos tan nuestro, tan propio, tan inamovible... Una magnífica obra de ingeniería, un programa auto sustentable que tras cualquier crisis vuelve a rearmarse y a emerger glorioso.

El ser puede elegir. Las crisis, los instantes de desnudez de toda identidad, son los portales donde las infinitas puertas del laberinto de abren. La atención irá por una. Es una decisión. La construcción de cada nuevo presente es una decisión.


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