Todo es tan relativo. A veces lo que hoy es una mala noticia, una pálida, puede mañana ser la base impensada donde se asiente un futuro creativo y luminoso... ¿O no?
El automatismo moderno me halla de pie preguntándome el porqué del bus que no llegó a la hora que llega cada día. Mientras, voy y vuelvo los tres pasos que separan el cordón de la vereda del centro del asfalto; punto que permite alzar el cuello y llevar al máximo la visibilidad en busca de una luz verde o roja que, a lo lejos, anticipe que solo se trataba de un retraso. Eso también es automático. Las cuatro esquinas, encima mío, están atadas entre sí por un sinnúmero de cables de distintos tamaños que se cruzan sin concierto. Impulsos en todas las direcciones. Vuelvo contrayéndome en mí mismo en ofrenda a este amanecer casi otoñal aunque sea enero. Desde algún sitio invisible más allá, el canto de un pájaro parece haber colmado el universo. Y no es uno. Los pájaros están ahí. No importa mi ritual de espera, ni que me interese en las gamas de color de cada cielo de cada mañana. Ni que haga el intrincado mapa en que se representan la necesidad de trabajo, el tiempo que día a día con...
Tengo tanto de todo que estoy más liviano que nunca. Un año exacto después de haber cruzado ese umbral tan buscado por tiempos siderales, después de tanto andar, me hallo a mi mismo con tanto de todo que estoy más liviano que nunca. Lanzarse al abismo o lanzarse al infinito son sinónimos y, a la vez, son propias visceversas. Yo me lancé a ambos y sólo sé que hoy, más liviano que nunca, estoy en pleno vuelo. Si mi alma fuera divisible, haría con ella un souvenir. No abarca la palabra gracias un significado tan inabarcable como el que quisiera dar a entender. Corto de palabras entonces, accedo a decir a cada uno de ustedes (de los que leen, los que escuchan o comparten la música, los que apoyan desde su lugar): Gracias. A mis maestros, a mis ángeles y a mis soles: Gracias. La primera edición de mi primer grabación viajera está sonando, o esperando ansiosa hacerlo, en distintas casas. Eso es algo tan pero tan enorme que no puedo sino sentirme liviano. Tal vez en ese fr...
JULIO 2013 Varias inspiraciones me sobrevuelan como pájaros de mundos paralelos. Aparecen, desaparecen, son fragmentos invisibles en el aire, se materializan al azar. Las empiezo a reconocer. Identifico tres o cuatro canciones distintas, luego intuyo que son partes de la misma. Las que más enteras se me mostraban, de repente se fugan... ¿Para siempre? Las más misteriosas se iluminan y me muestran su alma y su cuerpo desnudos tal como son. ¿Cómo sé cuando he recolectado todos los frutos de cada árbol, si sólo tengo noción de ellos por el tacto? Compongo letras y músicas recolectando a tientas; confiando en destellos que percibo en ese universo dentro de mi cabeza, o de mi corazón, o de mi alma... O quizás incluso fuera de todos ellos. Desconozco si soy intérprete o creador o ambas cosas a la vez. Mi obra, quizá, no es tan mía cómo parece. Sin dudas soy constructor, ¡Un inventor! Eso soy. Invento que hay una conexión entre las ideas que me llegan inconexas. Invento una historia de capí...
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